Dosis de LSD en detalle

Este texto no es mío sino de Joaquín Liendo, un amigo con quien compartimos muchas primeras experiencias. Entre ellas, el jardín de infantes, la pornografía, el cannabis, el LSD y el DMT.

El Tao que puede ponerse en palabras no es el Tao verdadero y eterno”
Tao Te Ching, Capítulo 1

A priori me gustaría realizar una distinción, tomada prestada de Antonio Escohotado  respecto a las alucinaciones y visiones, dado que resulta relevante para estos casos y la  terminología suele ser mal empleada, prestando a confusiones. Para lograr la mayor  claridad posible me tomaré la libertad de citar el fragmento casi en su totalidad. Dice el  emérito: “Suelen conocerse como “alucinógenos” los fármacos de excursión psíquica,  borrando así diferencias decisivas en el efecto. Visión arranca de conceptos como el griego  theoreia, que significa contemplación y mirada a distancia. Alucinación, que se define en  los manuales como “percepción sin objeto”, tiene su raíz en experiencias de perturbados  sin drogas (vulgarmente conocidos como locos) […] Visión y alucinación se distinguen por  el grado de credulidad inducido en cada caso. Usando ayahuasca, por ejemplo, [las formas  y seres que se ven] dependen de yacer tumbado en la oscuridad, libre de ruidos o voces  inmediatas, y el sujeto se sabe inmerso en una visión determinada, por mucha angustia o  asombro que el cuadro le produzca. Quien padece un delirium tremens alcohólico o de  tranquilizantes, en cambio, no sólo verá cocodrilos en su chimenea o arañas bajo su piel,  sino que tratará de tomar medidas acordes a una realidad inmediata de tales  percepciones, lanzando objetos contundentes contra el adversario de la chimenea o  rascándose hasta lacerar la piel. En un caso la conciencia cree, admitiendo lo inaudito, y en  otro se ve reducida, hasta el extremo de actuar sobre la base de una credulidad ciega.” Debemos entender entonces que alucinógeno no es lo mismo que visionario. En el caso  del LSD nos encontramos sin lugar a dudas ante una sustancia visionaria.  

A continuación se detallan los efectos que produce la dietilamida del ácido lisérgico según  la dosis, expresada en microgramos. Nótese que los efectos son subjetivos y por tanto  pueden variar de sujeto en sujeto, así como también los efectos de cada dosis varía según  la susceptibilidad del sujeto ante la sustancia. Los detalles siguientes son el resultado  aproximado de numerosos testimonios a lo largo de los años así como de cuantiosas  experiencias personales que corroboran lo dicho en gran medida. Según cada dosis se  detalla los efectos que surgen con la dosis correspondiente, dado por sentado que los  efectos de dosis anteriores permanecen; es decir que con el aumento de las dosis los  efectos no cambian sino que se suman, se potencian y se generan nuevos. Como aclaración pertinente he de decir que tanto el consumidor inexperto como aquella  persona completamente ajena a los efectos de las sustancias visionarias llegarán a un  punto en que la dificultad de comprender los efectos se tornará un obstáculo  prácticamente ineludible siendo, además, que cualquier explicación, por más elaborada  que sea y minuciosa que sea, podrá poner en palabras las experiencias más intensas  producto de las dosis más elevadas. Llegado el punto los efectos escapan a todo lo que  conocemos y concebimos como posible, especialmente cuando se pasa a un plano  espiritual, por lo que no enfatizaré tanto en este tipo de efectos (los ocurridos en otras dimensiones existenciales) y haré mi mejor esfuerzo por explicar aquello que se encuentre  en la posibilidad de la palabra. Pido que se comprenda que, siendo siempre la palabra una  representación, no se podrá sortear la limitación que representa la representación de lo  irrepresentable.  

20 Mics-

Con esta dosis uno puede encontrarse en el umbral de la experiencia. Los efectos  son muy leves y no generan un impacto aparente en la conducta, no aparecen efectos  alucinógenos ni visiones de ningún tipo, la mente permanece imperturbada. Puede  sentirse un suave subidón corporal, como si el cuerpo fuese más liviano que de costumbre  y se puede reconocer el cuerpo propio con cierto grado de extrañez. Es posible que asome  una ligera euforia, el estado de ánimo mejore y se esté más predispuesto a realizar  actividades de diversa índole, especialmente lúdicas. No obstante, éste no siempre es el  caso y tampoco resulta realmente evidente sino que muchas veces está relacionado a una  autosugestión y a la predisposición del consumidor previa al consumo. 

40 Mics-

En esta dosis el umbral aún no es atravesado, los efectos anteriormente  relatados se acentúan notoriamente. Aunque algunos ya pueden empezar a declarar la  aparición de efectos visuales rara vez se manifiestan en una dosis de este tipo. La  percepción del cuerpo se ve alterada, se puede sentir con mayor intensidad la respiración  propia, notar la circulación de la sangre por el cuerpo y muy a menudo los usuarios  reportan deseos de sentarse o recostarse. Las bocanadas de aire suelen resultar  placenteras siendo que dan lugar a un escaneo general del cuerpo y permiten una  relajación aguda. Rara vez se produce ansiedad, malestar o disgusto por los efectos. Estos síntomas pueden deberse a un rechazo hacia el nuevo estado, generalmente motivado  por miedo a lo desconocido o por mero rechazo a la sensación de intoxicación. Más raro  aún en esta dosis son las náuseas, normalmente producto del rechazo recién mencionado,  como intento del cuerpo por purgarse. Casualmente el vómito es la salida más  recomendada pues no genera un malestar sino la sensación de descarga y purificación,  tras la regurgitación el sujeto no vuelve a presentar náuseas. Es también aconsejable comer liviano o directamente saltearse comidas previas a la sesión psicodélica para evitar  este tipo de cuadros, teniendo en cuenta que el hambre no será un inconveniente pues el  apetito desaparece bajo los efectos de la sustancia.  

60 Mics-

Nos encontramos aquí a la dosis típica del blotter de mala calidad, el más común  y fácil de conseguir, usualmente económico y vendido por vendedores descuidados que  no se ocupan de mantenerlo en óptimas condiciones, por lo que termina perdiendo  calidad. Esta dosis es lo que muchos experimentan tras el consumo de un cartón regular.  El subidón corporal se acentúa fuertemente y resulta muy perceptible desde el principio,  siendo de los primeros efectos notables, aunque después pasa a un segundo plano o queda muy relegado en la percepción dado la aparición de nuevos efectos. La sensación  corporal es un tanto complicada de describir, el estómago puede sentirse medio revuelto  durante las primeras horas, el cuerpo parece no pesar ni por asomo su peso usual, las  piernas pueden sentirse extrañas y aletargadas por lo que es muy normal que alguien  quiera sentarse o recostarse y luego no quiera salir de la comodidad encontrado en el  letargo, las manos pueden temblar con mayor o menor medida. En ocasiones se da el caso  contrario; el sujeto experimenta la necesidad de estar en movimiento y gusta de caminar,  ya sea recorriendo las calles, un parque o la misma habitación en que se encuentra,  trazando un recorrido que le lleva a ningún lado. Algunos usuarios reportan la sensación  de quedar chicos dentro del cuerpo, como si los estuviese oprimiendo y recurren a  aflojarse la ropa, por lo que es recomendable usar ropa cómoda desde el comienzo. Otros  reportan sentirse sumergidos en agua. La visión periférica parece aumentar, los colores  adquieren una intensidad mayor y las luces se vuelven más brillantes, lo cual esté  probablemente relacionado con la dilatación de las pupilas (esto es simple suposición). La  música suena diferente y genera un especial interés pues pasa a tener un impacto directo  sobre el estado de ánimo aunque puede obviarse y quedar relegada por la situación en la  que se esté. En esta dosis los efectos comienzan a durar bastante más que en dosis más  bajas. La experiencia suele ser gratificante y es realmente extraño que alguien reporte  malestar pues no se está tan distanciado del estado de consciencia regular como para  generar sopor o miedo. Por esta misma razón esta dosis no es generalmente considerada  un “viaje” en sí sino una noción superficial de algunos efectos psicodélicos. 

90 Mics-

Los colores se vuelven brillantes y surgen nuevos efectos visuales. Todas las  superficies adquieren propiedades; se las percibe levemente vibrando, doblándose,  moviéndose o respirando. Estos efectos se acentúan o disminuyen según la forma de la  superficie, los juegos de sombras y los patrones que presente la superficie en sí. Una  pared lisa pintada de blanco probablemente presente menos movimiento que una mesa  de madera con vetas. Los pensamientos toman un tinte diferente, se puede notar un  cuestionamiento constante sobre las cosas, afloran numerosos recuerdos, algunos de los  cuales no se tenía siquiera noción. Son varios los casos en que el consumidor clama tener  acceso a muchísimos recuerdos de la infancia y rememora cosas que había olvidado hacía  ya mucho tiempo. Los pensamientos toman velocidad, a veces resulta difícil comunicarse  por no poder hablar con la misma rapidez en que fluyen las ideas, dando lugar a  confusiones entre lo que se dice y lo que se piensa por ser dispares y quedándose en el  medio de una frase sin recordar lo que se quería llegar o sin poder introducir al  interlocutor a la conclusión arribada tras unas enorme cadena de ideas. La memoria a  corto plazo se ve afectada ya en esta dosis por lo que es recurrente que se den patrones  de pensamiento repetitivos y se confundan eventos recientes. Un efecto para nada  extraño en esta dosis es repetir mentalmente conversaciones ocurridas hace poco durante los momentos de silencio o directamente imaginarlas perdiendo noción de si las  conversaciones vienen de dentro o se trata de conversaciones que realmente están  ocurriendo. En cualquier caso esto no genera un malestar ni inconveniente de ningún tipo  y es fácil de verificar despejando las dudas. El acelerado proceso de los pensamientos se  ve acompañado de una notable consciencia de todo lo que sucede y rodea al sujeto. La  persona bajo los efectos de esta dosis se percata con mayor medida de la usual de todo lo  que sucede a su alrededor y puede incluso llegar a ocupar su atención en varias cosas  simultáneamente.  

110 Mics-

Nos encontramos aquí a la dosis usual de un blotter de alta calidad. Los efectos  visuales se vuelven mucho más evidentes. El campo visual puede adquirir varias capas y a  veces llega a notarse como una capa superpuesta a otra, algunas capas del campo visual  se ven como onduladas y en constante movimiento, incluso por sobre el movimiento de  las superficies. Las superficies pueden adquirir nuevas características, sea cual fuere la  forma. Sobre un mueble, una pared, el piso, el techo e incluso la ropa pueden percibirse  patrones geométricos y hasta patrones dibujados de culturas antiguas. No es raro que el  sujeto manifieste encontrar patrones mayas, aztecas, egipcios, celtas, greco-romanos,  entre otros. El tiempo pasa a ser percibido de múltiples formas, la noción del tiempo se  pierde fácilmente aunque no genera esto cambios significativos en la experiencia. La  música adquiere una dimensión antes desconocida. Las cosas se sienten –a veces incluso  se ven claramente- vibrar con una frecuencia determinada. La música pasa a ser el centro  de atención, dominando todo a su paso. Las vibraciones de la música se vuelven  perceptibles e identificables e imponen ritmo y patrones al resto de los efectos. Uno  mismo puede sentirse vibrando súbdito de la música, en pura emoción. Al cerrar los ojos  comienzan a aparecer figuras de colores en movimiento tras un fondo negro que se  intensifican mientras más se mantiene el sujeto concentrado en ellos con los ojos  cerrados.  

150 Mics-

Encontramos en esta dosis el máximo a lo que puede apuntar una persona sin  mucha experiencia sin verse sobrepasada por la intensidad del viaje. Esta dosis suele darse  tras el consumo de un cartón y medio o dos de relativa calidad. Los efectos son  prácticamente los mismos que con 110 microgramos pero se profundizan incrementando notablemente su potencia.  

200 Mics-

Aquí es donde la experiencia puede tornarse particularmente poderosa. La  cabeza gana una velocidad increíble tras una pronunciada aceleración desde el comienzo  de los efectos. Las cosas reflejan la luz que les impacta y se pueden percibir colores en  cada halo de luz reflejado por lo que parece que las cosas irradian color y energía  quedando el sujeto siempre embelesado por tal efecto visual. Las cosas producen un placer estético antes inaudito, el simple hecho de contemplar genera una reacción  emocional e intelectual impensada. Los efectos visuales a ojos cerrados se vuelven  contundentes, las imágenes se tornan vívidas y el movimiento de los colores de manera  geométrica se presenta hipnótico, hermoso e infinito, sin embargo uno no queda  necesariamente inmerso en lo que ve a ojos cerrados sino que lo distingue como un nuevo  campo visual. Las visiones tienen infinitas variantes por lo que se vuelve imposible  detallarlas en su totalidad. Para un novicio esta dosis es simplemente demasiado alta  aunque un viajero experimentado puede sacarle muchísimo provecho e, incluso,  manejarla con tranquilidad. Los pensamientos se vuelven increíblemente profundos y  reveladores, parecen ir mucho más allá de uno y se hacen conexiones nuevas entre  conceptos. Todo lo aprendido, lo tenido como cierto, todo ápice de realidad es sometido a  juicio, todo es cuestionado y a cada pensamiento se le busca una vuelta, toda “verdad” puede derrumbarse en cualquier momento. La autocrítica suele ser inevitable, la  introspección se da con gran fuerza, especialmente en los momentos de silencio o  soledad. Muchas personas pasan a sentir vergüenza de sí mismos, teniendo largas  conversaciones en sus cabezas y reevaluando conductas y objetivos. Estas experiencias  suelen ser críticas en el sentido de ser un punto de inflexión. Suelen ser experiencias  enormemente realizadoras, mucha gente encuentra espiritualidad y genera un gran  cambio en su vida a raíz de estos viajes. Esta dosis ya tiene el poder de repercutir  significativamente en la persona por lo que nunca debe llegarse a esta cantidad sin una  adecuada preparación y la debida experiencia, de forma que no repercuta negativamente. 

He de hacer una aclaración personal en este punto. Personalmente no conozco un solo  caso en que este tipo de experiencias hayan repercutido negativamente en la vida del  consumidor, en el peor de los casos la persona volvió a ser tal cual era antes de consumir  la sustancia pero con una gran experiencia en su cuenta, sin que esta cambie en absoluto  su manera de ser. He atestiguado, no obstante, gente cuya vida a tomado un rotundo giro  tras la experimentación con estas dosis e incluso más elevadas y siempre para bien. Un  cercano amigo cambió enormemente sus hábitos, asumió todas las responsabilidades de  las que había huido hasta entonces, optó por una dieta balanceada y saludable, una rutina  de ejercicio físico y lleva mucho tiempo manteniendo iniciativa y predisposición tras haber  padecido una profunda depresión y desprecio hacia sí mismo tras, en sus palabras,  “encontrar un amor incondicional para consigo mismo”. Yo mismo, en diversas  experiencias, impulsado por la excursión psíquica he superado una gran cantidad de  miedos y trabas autoimpuestas, he adoptado hábitos saludables en detrimento de otros  nocivos, he superado mi procrastinación, asumido responsabilidades a las que me negaba sin saberlo y he notado un enorme crecimiento personal a raíz de experiencias tan  intensas como provechosas. Esto no quiere decir, de ninguna manera, que las experiencias con repercusión negativa no existan. Personalmente creo que con la debida preparación  son siempre evitables y definitivamente son siempre las menos.  

250 Mics-

Esta es la dosis con que Albert Hoffman, creador del LSD, se administró a sí  mismo el 19 de abril de 1943 con el fin de incursionar en sus efectos, experiencia  excelentemente documentada y disponible para cualquiera que desee investigar sobre  ella. El pico de esta dosis puede ser extremadamente intenso y a medida que se “baja” la  experiencia suele volver progresivamente más amena. La música puede marcar una  diferencia abismal en un viaje de este nivel y la música adecuada puede llegar a causar  una enorme cadena de descargas emocionales que varían desde las lágrimas más  desgarradoras hasta fuertes carcajadas durante extensos períodos de tiempo. Tal es la  descarga y la liberación posterior que el cuerpo puede quedar temblando del cansancio  provocado por la risa. Los efectos a ojos cerrados comienzan a ser ya indescriptibles, se  trata de figuras, colores y patrones de altísima intensidad, uno puede encontrarse de todo  y las visiones suelen seguir cierto hilo conductor, completando alguna historia y  refiriéndose a alguna idea subyacente al viaje que se venía arrastrando previamente.  Pueden aparecer entes autónomos con los cuales se llega hasta dialogar y si se le dedica  tiempo la inmersión en las visiones puede ser total, de la misma forma que uno se  sumerge en el sueño pero con todas las características lisérgicas.  

300 Mics-

Con esta dosis ya se está entrando a un terreno pesado, aunque para muchos  esta dosis no se considera aún una dosis fuerte o alta. Los efectos son muy parecidos a los  que se dan en los 250 microgramos pero con mayor intensidad. Aquí es donde muchos  prefieren marcar la línea pues sería el límite entre experiencias intensas y experiencias  realmente inefables, que bien podrían pertenecer a otro mundo y de las cuales se torna  engorrosa su explicación. 

400 Mics-

La mayoría de los psiconautas nunca llegarían tan lejos a no ser de estar  completamente seguros de la pureza del ácido en cuestión además de tener la certeza de  querer llegar a niveles tan lejanos de exploración psíquica. Esto no quiere decir que haya  pocos testimonios pues, si bien no son muchos quienes se animan a llegar hasta acá,  quienes lo hacen suelen tener un gran nivel de curiosidad o deseos de exploración  directamente relacionados con el conocimiento de aquello trascendental por lo que  generalmente se dedican a documentar sus experiencias tras el viaje con el fin de  comunicarlo y prestarlo a un mayor análisis. En estos estados la sinestesia es bastante  común. Los estímulos se vuelven tan intensos que no alcanza con un solo órgano  perceptual para analizar el estímulo en cuestión, por lo que el cerebro toma prestadas  otras formas de interpretación, mezclando los sentidos. Pueden así verse los sonidos o  escucharse los colores. Los efectos visuales alcanzan niveles mucho más intensos y los patrones y colores aparecen por todos lados, incluso en el aire. Toda esta interpretación  del mundo, en color y en formas, resulta de una belleza elevada y siempre son  comentadas con júbilo por quienes las experimentan. Ante tal placer estético, por ejemplo  al poder ver la música en colores y movimiento en el aire, los viajeros pueden llegar a  segregar lágrimas en un intento de descarga emocional por lo que se está  experimentando. El tiempo pasa a ser ahora un concepto extremadamente extraño, la percepción temporal se ve tan afectada que pierde por completo el sentido. Tras un  análisis sobre la infinitud del universo, los ciclos vivenciales, la experiencia del presente, el  derrumbado velo de la idea del pasado y del futuro, sumado a experiencias  transdimensionales con los ojos cerrados y un acercamiento hacia la figura de lo eterno,  muchos claman realmente comprender la inexistencia del tiempo. Un factor común es el  literal congelamiento del tiempo que se da en los llamados “momentos de eternidad”,  donde el tiempo cesa todo tipo de existencia, incluidas la conceptual y la simbólica, y el viajero se siente uno con el universo, gozando de su eternidad. Esta dosis es altamente  letárgica, el movimiento corporal se vuelve difícil y molesto y prima todo el tiempo la  necesidad de reposar en un lugar cómodo. El hecho de desplazarse no sólo genera  molestia sino que también provoca una desorientación aguda, producto de un campo  visual altamente estimulante para todos los sentidos, dando el movimiento un profundo  estado de saturación. A partir de esta dosis se reporta una increíble noción del propio  estado de ánimo y el sujeto puede interactuar con sus emociones de una forma  impensada dado un contacto directo con las. Es muy usual escuchar o leer que estas dosis  provocan profundos cambios en la vida de quien la ha experimentado o, a lo sumo,  profundas reflexiones respecto a diversos temas. La sugestión en estos estados alcanza ya  un nivel supremo, cualquier estímulo externo puede tener un profundo impacto en las  emociones, las cuales fluctúan sin estabilidad alguna y gozan de una intensidad muchísimo  mayor al estado de sobriedad. Por esto es extremadamente importante encontrarse en un  ambiente controlado, cómodo y familiar y es siempre recomendable que haya una  persona sobria de confianza que pueda dirigir el viaje hacia emociones positivas, ayudar  brindando contención, y disponer de cualquier cosa que el viajero necesite siendo que  éste se encontrará en un estado de parálisis cuya interrupción genera malestar; además  de, por supuesto, ocuparse de cualquier eventualidad o potencial riesgo.  

500 Mics-

Tanto las visiones como los efectos visuales toman una fuerza superior a todas  las dosis anteriores, todo el campo visual se ve colmado de movimiento, brillo, color y  patrones de todo tipo. Los objetos suelen perder el contorno y fusionarse unos con otros.  Los efectos con los ojos cerrados tienen una potencia impresionante, con cerrar los ojos  alcanza para quedar sumido en un mundo etéreo de pura energía, un mundo de luz, color,  movimiento y belleza plena. Es en esta dosis donde se suele dar la destrucción completa o  la fragmentación del ego. Progresivamente el sujeto cede ante la experiencia hasta encontrarse en pleno placer existencial, dejando de percibirse como individuo y perdiendo  cualquier clase de pensamiento. La concepción de uno mismo se pierde en un punto  cúlmine de gloria y brío. El psiconauta puede llegar a un punto que suele reconocerse  como la energía pura, un poder total, infinito, inmutable e inmortal, aquello que uno todo  y a la vez es todo y puede sentir ese poder en la medida que deja de ser sí mismo. En  pleno éxtasis el sujeto pasa a ser todo lo que existe, a llenarse de un poder divino  inimaginable y adquirir una paz completa. De repente cualquier contradicción, cualquier  malestar, cualquier idea, cae, se desvanece y da lugar a un universo pleno y ordenado  dentro de uno. Para llegar a este estado el viajero debe enfrentar lo que parece su propia  muerte, relajarse y asumir que su viaje lo lleva a esa luz o poder absoluto. Se pierden  todas las ataduras a un mundo carnal que parece ilusorio, un mal chiste, un lugar limitado  en el que se permanece engañado y dormido, privado de la plenitud de la existencia  misma. Eventualmente se vuelve de forma esporádica al cuerpo con una paz completa  sintiéndose realizado y llevando la conclusión que cada uno pueda tener tras semejante  experiencia. A ojos abiertos los objetos adquieren nuevas dimensiones, las cosas saltan a  la vista dejando rastros de colores y brillo, la luz se ve como energía y puede distinguirse  en el aire. La “realidad” ya parece algo enormemente lejano. Las cosas pueden  comunicarse con uno y casi toda comunicación verbal es imposible durante el pico. El  campo visual parece adquirir kilómetros y kilómetros de profundidad. La visión de todas  las cosas se ve continuamente envuelta en patrones geométricos, fractales de muchísimos  colores que se repiten sucesivamente siendo unos productos de otros. Los patrones  pueden variar entre muchas formas, ya sean espirales, fractales, movimientos ondulares,  dibujos de culturas antiguas, conjuntos de Mandelbrot, entre otros. Fijar la vista en un  punto determinado puede significar irse hasta los confines de lo eterno. Se pueden sentir  emociones contradictorias simultáneamente. Es en esta dosis donde los viajeros más  intrépidos y experimentados suelen decidir trazar la línea de su excursión.  

700 Mics-

En estas dosis se vuelve aún más complicada cualquier explicación dada su lejanía de los conceptos con los que estamos familiarizados. En las dosis de 700  microgramos en adelante son comunes las experiencias en tercera y hasta cuarta persona,  donde el sujeto se ve a sí mismo desde fuera e incluso puede llegar a percibirse  percibiéndose a sí mismo. Así también son comunes los fenómenos de percepción  extrasensoriales, es decir, el proceso y adquisición de información por otra vía que los  sentidos conocidos. Los mismos sentidos parecen mezclarse entre ellos y romper  múltiples barreras. Es muy común encontrarse frente a visiones relacionadas con diversas  cultures, encontrándose así con simbología propia de los hindúes, aztecas, mayas, nativo americanos, indios e incluso africanos. A partir de esta dosis la administración de una  cantidad más elevada de la sustancia se vuelve menos significante puesto que los efectos  son bastante similares aunque aumentan en potencia. 

1000 Mics-

La mayoría de la gente nunca llegaría hasta esta instancia tan alta. Solamente  algunos chamanes y aquellos que buscan seriamente la excursión psicodélica se animarían  a emprender un viaje de este tipo. Básicamente no se puede ver nada excepto efectos  visuales, las cosas dejan de distinguirse y se pasa a ver puro movimiento y geometría. La  mente en su totalidad se encuentra infinitamente conectada con la consciencia a la vez  que con el entorno externo. Esta dosis simplemente paralizaría del miedo durante horas a  cualquiera que no tuviese suficiente experiencia y preparación. Algunas personas que  llegan a este estado quedan convencidas de que están muriendo y terminarían llamando a  emergencias si pudiesen distinguir los números en el teléfono. 

1500 Mics-

Muy pocas personas han llegado a consumir tal cantidad de LSD, por lo que la  documentación y los testimonios son muy escasos. No obstante, de los testimonios aún  podemos rescatar algo y cabe imaginar la intensidad de esta dosis. Se debe remarcar que  para algunas personas el riesgo psicológico con esta dosis es inmenso.  Los sujetos dejan de percibir completamente la separación entre un objeto y otro. Se  reporta que no se puede ver ni la propia mano enfrente de la cara, absolutamente todo es  efecto visual. Tanto el ámbito cognitivo como el visual se ven bañados por una intensa luz. Algunas personas olvidan respirar con frecuencia y no es raro que la persona quede  inconsciente poco después de ingerida la dosis. El ego se pierde completamente y se  produce un encuentro con las mayores deidades imaginables, reportados como los  organizadores del conocimiento moradores del lugar sin consciencia. Estos seres son  millones de veces más inteligentes que los seres humanos, se ha llegado a decir que se  trata de una neurología autoconsciente, sea lo que fuere que signifique. Se trata de los  matemáticos detrás de la consciencia e incluso detrás de los efectos visuales. La  desconexión con el mundo visual es total, los sentidos directamente dejan de funcionar en  su forma habitual, el sujeto se funde completamente con el espacio y con todos los  objetos del universo, despojado de su noción de sí mismo. La pérdida de realidad se  vuelve tan severa que desafía cualquier explicación. Los anteriores niveles pueden ser  relativamente explicados de alguna u otra forma, aunque nunca en su totalidad, siendo  que son cambios perceptuales y patrones de pensamiento pero la dificultad de definir  este nivel radica en que todo el universo conocido cesa su existencia. Algunos claman  alcanzar el Nirvana directamente. 

Por Joaquín Liendo

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