
Si ya conocemos (y algunos aprovechan) los beneficios económicos del cannabis, ¿por qué no los podemos aprovechar todos?
Este 4 de Agosto, la policía desbarataba el invernadero de cannabis más grande del país. Al mismo tiempo, a 1700 kilómetros de distancia, Gendarmería le cuidaba las plantitas de marihuana al hijo del gobernador Morales. Supuestamente, la plantación tiene fines estrictamente medicinales, pero las enormes dimensiones y la venta al exterior indicarían lo contrario. No hay, en el mundo, plantaciones estrictamente medicinales de semejante tamaño e inversión.
Entonces, si ya conocemos (y algunos aprovechan) los beneficios económicos del cannabis, ¿por qué no los podemos aprovechar todos? Si bien es un mercado difícil de definir debido a que se encuentra en la clandestinidad, el SEDRONAR estima que un un millón y medio de personas consume marihuana de forma ocasional, de manera recreativa o medicinal. Ese número está desactualizado (es de 2017), y durante tanto el ASPO como el DISPO se ha aumentado su consumo junto con el del alcohol y otras drogas, tanto lícitas como ilícitas.
Argentina se encuentra desde hace años al borde de la crisis, con cifras inéditas de desempleo y pobreza que llevan a una cada vez paupérrima calidad de vida. Por otro lado, siempre fue un país agropecuario, y la introducción del cannabis a esta estructura productiva puede ser una salvación tanto desde su uso medicinal, recreativo, como incluso las posibilidades del cáñamo en la industria textil.
Con tan solo modificar la ley de estupefacientes para quitarle a la marihuana la clasificación de “sustancia prohibida” que lleva desde hace 90 años, podemos permitir que el mercado crezca, cobrar el 21% de IVA en cada venta, crear cientos de miles de puestos de trabajo, y dejar de gastar millones de pesos en su persecución. En pocos meses, entraríamos a un mercado emergente en todo el mundo.
La economía verde está en su mejor momento: las naciones que están a la vanguardia lograron rápidamente un mercado multimillonario. En Holanda, desde su despenalización, ha llegado a representar hasta un punto del PBI algunos años. En los Estados Unidos, a pesar de estar permitida en solo 3 estados, generó medio millón de empleos, entre directos e indirectos. Canadá es otro gigante que pisa fuerte, ingresando más de 5 millones de dólares al país del norte que legalizó todo su ciclo productivo en todo su territorio.
Con un solo cambio a una sola ley, podemos dar un gran respiro a nuestra golpeadísima economía. No tenemos que cambiar el modelo de producción, no tenemos ni siquiera que sacar nuevas leyes. ¿Qué nos detiene? Solamente la reticencia de algunos conservadores, una tara anquilosada en el prejuicio infundado y desinformado. Una vez superado ese nimio obstáculo, el cielo es el límite.
Por Montserrat Montagut
Esta nota fue escrita para Noticias en Red y reversionada en forma de TikTok para Agitación
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